PIEL SENSIBLE E INTOLERANTE: ¿QUÉ ES, DE QUÉ DEPENDE Y CÓMO SE PUEDE TRATAR?

PIEL SENSIBLE E INTOLERANTE: ¿QUÉ ES, DE QUÉ DEPENDE Y CÓMO SE PUEDE TRATAR?

La piel sensible es una piel que reacciona de forma acentuada a estímulos externos que generalmente no crean problemas para la piel normal, como calor, frío, cosméticos, rayos UV, contacto con tejidos.

No es una piel sensibilizada o alérgica, sino más vulnerable a las agresiones, generalmente debido a alteraciones en la función de barrera de la piel, que la hacen más expuesta a agentes potencialmente irritantes. La piel se vuelve sensible porque su barrera protectora se ve comprometida.

DE QUÉ DEPENDE LA SENSIBILIDAD DE LA PIEL

La sensibilidad cutánea es una afección cada vez más extendida en todo el mundo en los países industrializados, donde afecta principalmente a las mujeres a nivel de la cara. Puede ser una condición constitucional o temporal resultante de problemas dermatológicos (dermatitis seborreica, acné rosácea,...) o incluso tratamientos dermoestéticos superficiales como láser, peelings y luz pulsada.

Se manifiesta por ardor, picazón, irritación o sensación de "tirón de la piel". La sequedad a menudo puede aparecer, incluso con descamación, que no son en sí mismos siempre signos de piel sensible, pero pueden estar asociados con ella.

Cuando estas sensaciones son particularmente intensas hablamos de piel hipersensible.

La piel sensible puede causar molestias, pero se puede tratar siguiendo algunas reglas importantes:

- Identificar, evitar, o protegerse, de los factores desencadenantes.
- Preferir productos con alta tolerabilidad, tanto para el tratamiento diario como para el maquillaje.
- Utilice siempre un protector solar específico.

¿CÓMO RECONOCER LA PIEL SENSIBLE?

Las personas con piel sensible o intolerante generalmente reportan sensaciones de:

- Picazón o punción.
- Ardor
- Tensión en la piel.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA PIEL SENSIBLE?

Las causas aún no se han identificado de manera definitiva, pero los estudios dermatológicos más recientes sugieren como condiciones predisponentes:
1. La barrera protectora comprometida porque el estrato córneo (la capa más externa de la epidermis) es adelgazado y menos compacto y, por lo tanto, es más permeable a la penetración de sustancias externas y a la agresión de factores ambientales.
2. Una alteración de algunos receptores cutáneos (receptores vaniloides) que hace que las sensaciones sean más "agudas".

Además, el daño a la barrera protectora acelera la pérdida de agua transepidérmica, es decir, el agua contenida en la epidermis, y por lo tanto causa deshidratación, sequedad y descamación.

¿CUÁLES SON LOS DESENCADENANTES?

La investigación relacionada con el problema de la sensibilidad de la piel comenzó en los años 80 y los dermatólogos han identificado 2 categorías de desencadenantes, a menudo relacionados y concomitantes.

- Factores físicos/ambientales (como calor, frío, viento, sol y contaminación).
- Factores químicos (uso de medicamentos, detergentes, jabones y cosméticos).

A estos se pueden añadir condiciones físicas particulares, como el ciclo menstrual, las alteraciones hormonales, factores psicológicos como el estrés y la ansiedad.

¿CÓMO TRATAR LA PIEL SENSIBLE?

La piel sensible puede beneficiarse enormemente de una rutina diaria que respete su fragilidad y reequilibre su bienestar.

En particular, debe tratarse con productos formulados sin ingredientes potencialmente irritantes y/o sensibilizantes y con una acción hidratante, protectora y reparadora acentuada.
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